EL ODIO POR EL ODIO

Publicado: 20 febrero, 2020 en Artículos Opinión

La polarización va en aumento. Entender la vida de forma dual, y no plural, es la forma más sencilla de sembrar el odio entre semejantes. Esa dualidad maniquea la he visto desde mi niñez. Por ejemplo, en los años de plomo de ETA, se asesinaba a personas por el simple hecho de ser españoles. Es decir, en mi infancia y adolescencia, existía la dualidad de la España mala y perversa contra una Euskadi buena y oprimida (y esta idea, en la actualidad, sigue vigente).

Esa dualidad trasciende a todo. Hagamos un repaso:

La religión católica es maligna, sin embargo, el Islam u otras religiones, son respetables.
Monarquía es malo, muy malo y una República es ideal.
En cuanto a la Guerra Civil, las atrocidades del bando nacional son condenadas. No obstante, las barbaries republicanas, sobre todo las comunistas y anarquistas, se ignoran.
La persona que triunfa, laboral y económicamente, debe ser porque roba. Obviamente, la que no triunfa no es por las decisiones que haya tomado bajo su propia responsabilidad.
Si eres de izquierdas eres una buena persona y un demócrata; si eres de derechas eres el mal absoluto, además de un fascista (curiosamente, el fascismo es una ideología de izquierdas con raíces socialistas).
Benito Mussolini, el fascista más famoso, en su época juvenil y gamberra.
Si no eres feminista; eres un hombre tóxico que debe deconstruirse.
Si eres un varón blanco heterosexual eres un ser privilegiado y opresor; si eres una mujer, entonces, eres un ser sojuzgado y tiranizado por los hombres.
Las agresiones del hombre a la mujer son por machismo, es imposible que exista otro móvil. Sin embargo, los ataques de la mujer al hombre pueden ser por múltiples razones.
Y, así, un largo etcétera.

Esta visión reduccionista de la vida, sin observar sus complejidades, matices y grises, es propio de individuos totalitarios. Es el eterno: «conmigo o contra mí».

Es el ODIO por el ODIO.

La vida es complicada y los seres humanos, cada uno de nosotros, somos un laberinto interior.

Pero es mucho más fácil vivir en una ideología, con sus dogmas y, por tanto, vegetar cómodos y sin dudas.

La ideología puede estar bien cuando en la mocedad queremos ir formando carácter y nos queda un largo camino para alcanzar, dentro de nuestras posibilidades, un criterio propio.

Las personas que no trascienden su credo acaban siendo esclavos de ella, convirtiéndola en una religión sin fisuras, perfecta y sin ningún resquicio de crítica.

Y, por supuesto, morirán a su servicio.

*Mis dos primeros trabajos literarios libres para el que desee descargarlos:

«TARÓTICO. Un viaje sexpiritual» (REMASTERED – 2023, pincha aquí)

«EL DIARIO DEL BUEN AMOR» (REMASTERED – 2023, pincha aquí)

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