ARCANO XI. LA FUERZA. BRIGIT (TARÓTICO. Un viaje sexpiritual – REMASTERED)

Publicado: 11 noviembre, 2021 en Tarótico

«No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea» (Oscar Wilde)

Después de mis últimos viajes necesitaba quedarme. Hablar con una mujer que no me analiza, que respeta mis silencios como parte de una conversación, que aprecia mis ausencias y las disfruta; una mujer, en definitiva, que con solo su presencia me hace sentir conectado, me ayuda a conocerme; una mujer que es el sueño yin que todo hombre tiene en su interior.

Necesitaba nutrirme con la espiritualidad del sexo de una mujer que acepta mi lado oscuro y lo ve como algo divino; solo por eso, me ayuda a no consumirme. Por supuesto, le hablé del viaje a la oscuridad desoladora de mi alma con la seguridad de que, si le hubiera contado cualquier otra cosa más descabellada, me habría escuchado con la misma atención. Entonces no hacía falta que me respondiera, ni juzgara mis acontecimientos; no hacía falta para nada, ni quería que compartiera mi dolor. Sólo con su atención me completaba.

Eran esos momentos de sexo y silencio los que me llenaban de dicha. Y Brigit siempre estaba ahí, con su piel blanca, desnuda, haciéndome el amor cuando me entregaba cuerpo y sentidos. En mi desordenada vida, ya sea con mujeres casadas o de otro tipo de dudosa moralidad, o incluso solteras y libres, me atormenta el juez interior que condena mis actos, machaca mi mente y me señala con el dedo. Es Eros contra Logos, pero solo con ella no siento culpa al saltarme las normas. Supongo que es porque ella tampoco siente que haga nada malo; solo hay amor, y contra eso, ninguna ley social o dogma establecido por el humano puede. Es un regalo en la vida.

Y mientras la poseía con el arrebato y la fuerza de alguien que había visto el horror de cerca, que acepta que mañana puede volver a caer, y quién sabe si volverá, golpeaba mi dragoncito lleno de vida dentro de ella. Su vagina temblaba, se estremecía de gozo, una y otra vez en una femenina borrachera multiorgásmica que no cesaba.

–¡Amor! ¡No puedo parar! ¡Oh! ¡Ohhh…!

Gemía, y sus espasmos caóticos de placer me hacían sentir un dios presente, un león salvaje que ruge enérgico y proclama su trono ante la manada. Las contracciones de sus orgasmos aplaudían y aprisionaban intensamente mi dragón, que ya estaba a punto de lanzar su fuego.

–¡Joder, quiero marcarte! –supliqué–. ¡Lo necesito!

–¡Por delante no, amor! –ordenó–. ¡Puedo quedar embarazada, y Luis se ha hecho la vasectomía!

–¡Te sodomizaré entonces! –aullé mientras sacaba mi falo de ella, y la volteaba con fuerza.

–¡Sí, quiero que termines dentro de mí! ¡Jamás dejé a nadie ahí más que a ti! ¡Es mi regalo para ti, amor! –exclamó Brigit complaciéndome–. ¡Por favor, tómame ya! –confesó.

–¡Ahhh! –grité de gozo al penetrarla. Ella me abría las puertas de su oscuro palacio, y yo, con ojos desorbitados, me veía en el espejo de la cama, excitado, desatado, gustoso de mostrarme sin máscaras; el momento en el que me reúno en la locura feliz de mi instinto animal.

–¡Ahhh! ¡Mi amor! ¡Te amo!

–¡Eres mía! ¡Te marcooo! ¡Jodeeerrr! ¡Aquí solo estoy yo! –bramé, henchido de orgullo ante tal celestial regalo que colmaba mi bruto deseo; eyaculaba en su templo trasero, con violentas convulsiones de intenso placer, con todo mi ser, para al final yacer sobre ella dejando mi dragoncito aún caliente en el campo de batalla.

Y después del fuego, sobreviene el momento yin protector, mucho más sutil, pero igual de satisfactorio, donde contemplo sus blancas curvas en el lecho conyugal, sus pezones sonrosados, su fuerza, su comprensión, su sublime presencia, generosidad, delicadeza no falta de coraje… y acabo rompiendo el silencio con una gilipollez, como hago siempre:

–No entiendo por qué no hemos acabado juntos, emparejados…

–¡Ay, amor! Siempre pensando en lo que te falta en lugar de disfrutar lo que tienes. Eres tan egocéntrico, narcisista, y terriblemente egoísta.

–Vaya, gracias –concedí, con la paz que siento cuando alguien me dice la verdad sin ánimo de ofenderme.

–¡Ay, mi Narcisitooo! –exclamaba jocosa y divertida–. Y no estamos juntos porque tú eres como eres, solo te casas contigo mismo. Deja de decir que no te entiendes. Acéptate y ámate tal como eres y punto –y tras una breve pausa añadió– yo lo hago, por eso voy a pedir la separación.

–Somos tan diferentes que me sorprende que sigamos años y años así, sin ninguna duda en parar esto… ¡Un momento! ¿Has dicho que vas a dejar a Luis?

–Sí, quiero mucho a Luis, pero ya no lo amo –sentenció, mientras su gato anaranjado se acercaba a ella pidiendo atenciones–. No me arrepiento de la decisión que tomé al casarme porque fui feliz con él mucho tiempo, y siempre he disfrutado la vida en pareja, ya lo sabes, pero debo ser fiel a lo que siento y reconocer lo que es ahora para mí.

–Siempre me he sentido atendido por ti más allá de lo físico –confesé.

–Lo sé, amor mío –dijo dulce– pero a pesar de que te lo repito, eres incapaz aún de ver lo bueno que hay en ti. Eres generoso; tienes luz. Solo una persona con un ego tan extremo puede ser a la vez tan desapegado. Ni siquiera te das cuenta de lo que me das. He nacido para disfrutar la vida en pareja, y también para amar, y yo te amo, ¡qué le voy a hacer!

–Tengo muchas dudas de que esté en el camino correcto…

–¿Y quién lo está? –se preguntó–. Piensas demasiado ahora mismo, y de nada te sirve. Tú tienes tus inquietudes y aspiraciones. Nada ni nadie te ha impedido seguirlas. Es más, yo te animo a ello, por eso te amo, nos parecemos más de lo que crees. Sé que fue duro para ti, y durante un tiempo para mí también lo fue, ver que elegías tu camino antes que a mí, pero gracias a eso ahora los dos somos otras personas. Por esa decisión tan dura y valiente te amo más ahora… y sigues en mi cama ¡Lo cual es muy importante! –finalizó, con una risa contagiosa y liberadora para ambos.

Me levanté y me vestí mientras ella acariciaba su gato, apurando el tiempo que nos daba las «horas extras» en el trabajo de su marido.

Nunca le confesé que su esposo, y amigo mío, la corneaba a diestro y siniestro, y me utilizaba a mí como confesor. Tal vez no lo dije porque en el fondo no era importante, o como una muestra de amor por mi parte para no infringirle un daño gratuito, o por un acto egoísta y oculto mío; ciertamente, no lo sabía con seguridad. Lo que tenía claro es que Brigit siempre contenía mi fuego, lo mantenía suave y apacible, como una chimenea en el hogar, con las brasas suficientes para dar calor.

A punto de marcharme, mientras ella se erguía camino a la ducha, le dije emocionado:

–Sabes, siempre has conseguido apagar mi ira cuando me quemaba. Me he sentido muy protegido a tu lado…

–Y lo seguiré haciendo, amor mío –respondió con la suavidad del que sabe que tiene la fuerza de curar, del que te conoce porque te mira desde el corazón y lo sabes.

–¿De verdad? ¿Seguirás conmigo pase lo que pase? –pregunté implorando, con los ojos ya humedecidos.

Ella me miró y con la seguridad de una mujer que se ha vencido a sí misma, replicó:

–No te quepa duda.

*¿Quieres continuar leyendo? Puedes descargarte «TARÓTICO. Un viaje sexpiritual» ¡desde el siguiente enlace!:

«TARÓTICO. Un viaje sexpiritual» (REMASTERED – 2023)

Ritxard Agirre – https://ri2chard.wordpress.com/

TÍTULOS A LA VENTA (AMAZON y ORÁCULO DE DELFOS)

«TARÓTICO. Un viaje Sexpiritual»

TAROTICO-PORTADA

««KIRK BOSTON contra la banda de Mark «el Guapo»»

Frontal el guapo

««JESÚS, EL HOMBRE MODERNO. 10 «leyes» para sobrevivir a tiempos posmodernos»»

JESÚS, EL HOMBRE MODERNO

«LA REDENCIÓN DE JOHN DICKSON»

«BILBAO y el mal escritor» – VERSIÓN KINDLE

Cubierta Bilbao

BOOKTRAILER  «BILBAO y el mal escritor»

«EL RUGIDO SECRETO» – VERSIÓN KINDLE

VERSIÓN KINDLE «EL EDIFICIO»

«TAROT. CAMINO DE LUCES Y SOMBRAS» en VERSIÓN KINDLE. ¡EDICIÓN ESPECIAL A TODO COLOR!

VERSIÓN KINDLE «EL DIARIO DEL BUEN AMOR» (EDICIÓN ESPECIAL A TODO COLOR)

comentarios
  1. […] con firmeza —una y otra vez— si me gustaba. Si aquello era lo que quería. Exigiendo enérgico que le […]

Deja un comentario