Ermita de «San Miguel» (Zamudio, Vizcaya)
De las pasadas elecciones, en las que parece que todos los partidos salieron victoriosos, solo me llega una reflexión: hemos perdido los ciudadanos.
No voy a criticar a quién haya votado cada cual, pero sí voy a criticar a los partidos y las ideas. Respeto a las personas, pero no tengo por qué hacer lo mismo con las ideas.
A lo que vamos: si nadie lo remedia, habrá prórroga y penaltis electorales a finales de año. Unos comicios en pleno verano, y con la mitad de la ciudadanía de vacaciones, creo que nunca se habían dado (o, que alguien me corrija, al menos no lo recuerdo). El escarnio fue que, una vez terminados, el responsable, Pedro Sánchez se pira a Lanzarote a pasar las suyas. Hay que tenerlos más grandes que el caballo de Espartero, hay que reconocérselo, pero los españoles aguantamos eso y mucho más. En verdad, somos una nación de lo más mansa con nuestros gobernantes. Siempre me sorprende todo lo que nos pueden pisar y que no suceda nada mientras ellos se lo pasan pipa.
Haré un breve análisis de las tres opciones que intuyo posibles en el firmamento:
- Gobierno PSOE: Los socialistas seguirían al frente, con comunistas y apoyo de partidos separatistas que ven un filón para seguir sacando recursos al estado, y ‘recursos’ aquí significa dinero de nuestros bolsillos para que se beneficien unos pocos. Seguiremos con más subidas de impuestos (y creación de nuevos), destrucción de PYMES, alza en la okupación (cero respeto a la propiedad privada), etcétera. En conclusión: ruina, pero nos consolará que somos un país diverso y feminista, y (la última ocurrencia) que en el Parlamento se hablará ahora también euskera, catalán y gallego.
- Gobierno PP: Manifestaciones y huelgas. ¿Por qué? Porque, ¡sapristi!, de repente, a los sindicatos les preocupa la inflación, la tasa galopante de paro, el precio de la luz y un largo etcétera y, en definitiva, la enorme caída de poder adquisitivo del ciudadano en estos últimos cinco años.
- Repetición de elecciones (lo que parece más «lógico») con el natural agotamiento de la ciudadanía para, posiblemente, tener unos resultados bastantes similares. Queda claro, por si no lo sabíamos ya, la incompetencia de nuestros gobernantes o, tal vez, sí saben lo que hacen (y es que buscar división es una estrategia para medrar en sus objetivos espurios).
Dudo que vuelva a gobernar la alternativa en nuestro país mientras siga comprando el relato al PSOE. La táctica de la izquierda es acomplejar (y lo consigue, he ahí su mérito) con el argumento de que, si no compran sus políticas, son fascistas, la ultraderecha, Franco 2.0 y blablablá. Y mira que la centroderecha lo tienen fácil con una izquierda cada vez más disparatada, que abraza políticas comunistas y totalitarias. Nunca se ha visto en nuestra reciente democracia tantos decretazos como en esta última legislatura ni tanto sabotaje a la separación de poderes.
Dije antes que el pueblo español es dócil, y lo es porque tiene memoria de pez. Se olvida fácil de exigirle al político que cumpla de manera honesta y eficiente el papel que tiene en la sociedad: el de ser un servidor público, gestionar nuestros impuestos con eficacia, sin malgastar nuestro capital, y, lo esencial, dar soluciones a problemas reales.
Pienso que vemos la política como forofos y sin crítica. Ponemos la ideología sobre la lógica y nos gustan más las emociones que el razonamiento. Es como si los políticos fueran magos que van a resolver nuestros problemas con populismo mientras percibimos más fuga de empresas y capitales al no existir una seriedad jurídica. El dinero busca seguridad y España ofrece caos. No quiero ser agorero, pero tenemos lo que nos merecemos; no hay más.
España no es un país de emprendedores, es un país de subvenciones. Entre impuestos directos e indirectos (ya lo hemos denunciado en este blog con otros posts) a un autónomo le saquean la mitad de sus ingresos.
Ahora, entre la izquierda posmoderna, se ha puesto de moda el tildar de poco solidario al que se marcha del país para sacarse de encima esta inaguantable presión fiscal. Y te lo dicen así, en crudo, sin siquiera un buen puñado de pimienta caucasiana para hacer más digerible tanta demagogia.
Lo acojonante es que se permiten opinar, criticar y juzgar a los autónomos justo aquellos que jamás en su vida lo han sido y no tienen ni pajolera idea de lo que significa comenzar el mes con la certeza de los gastos que vas a tener, pero ninguna certeza de lo que vas a facturar, justamente aquellos que desean un ingreso asegurado (cosa que no critico, ¿eh?) o aspiran como ideal a sacarse una plaza de funcionario para tener nómina fija y pensión buena cuando se jubilen.
Lo irónico es que sin los autónomos solo habría multinacionales y empleo público. ¡Hala! A ver de dónde sacarían estos gobernantes, generosos con lo ajeno, los txines para repartir, porque, claro, con el dinero de los demás es muy sencillo ser socialista.
Este jueves día 10 es la celebración de una de las ermitas más chulas de Vizcaya: «San Lorenzo» de Bermejillo. Si tengo piernas (y ganas) a lo mejor me acerco con la esperanza de que haya misa y romería y, de paso, de poder ver y fotografiar su interior.
Salud y pedales.
*Hoy, 8 de agosto, es el «día del gato» y te invito a leer un post especialmente felino: «Gatos, lectura y humanos»: la conexión intangible y perfecta.
Ritxard Agirre – https://ri2chard.wordpress.com/
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