REFLEXIONES TXIRRINDULARIS XCVII. POR QUÉ LA EMOCIÓN PUEDE —Y DEBE— SER PRAGMÁTICA

Publicado: 29 octubre, 2023 en Artículos Opinión, CICLISMO, El Diario del Buen Amor, EL HOMBRE MODERNO. 10 «leyes» para sobrevivir a tiempos posmodernos, Tarótico
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Ermita-humilladero de «Santiago» (Artea, Vizcaya)

En la escuela, en la etapa de EGB (Educación General Básica), en la asignatura llamada «Sociedad» (los carrozas de mi generación la recordarán por su libro de texto de color azul), nos enseñaron que el ser humano —a diferencia de los otros animales que pueblan el Planeta— es, además de social, un animal racional.

«Racional», ¡hum!, ¿de veras? No sé. Cuando lo leí maduraba que la razón era lo dominante en nuestro ADN vivencial. Pero no. Uno crece y va observando que, en verdad, nos mueven las emociones y luego, más tarde —y posiblemente no siempre y no todos—, pensamos.

Después habría que ver «cómo pensamos», y qué grados de programación o ideologización sufrimos. La experiencia me dice que la gente que abraza una corriente de pensamiento —sea cual sea— banca con cualquier cosa antes de aceptar una verdad o realidad. Cuando esto sucede, me viene al cebollo, inmisericordemente, una de mis citas cañón: «Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados» [Mark Twain, 1835-1910].

Ya sé que pocas cosas hay más cutres que auto-citarse uno mismo, pero, por favor, déjenme la licencia de hacerlo con este extracto —reflexión autocrítica— que me viene de perlas para desarrollar un poco el párrafo anterior:

«En mi época joven e inmadura, era un idealista que indagaba mi lugar en la vida. En esa búsqueda, por supuesto, las ideologías eran una parte importante. Si alguna vez me fanaticé fue, tal vez, por un complejo de inferioridad, inseguridad o baja autoestima. Abrazar una doctrina como pilar, porque en mi “bando” elegido se encontraba el refuerzo, la seguridad y la importancia personal que de otro modo no sentía. Sentirse respetado era sentirse parte de algo, de un colectivo o de un grupo. La posmodernidad occidental (una ideología de países ricos) es un salvavidas para personas, aún, desorientadas. Y la militancia es el camino cómodo».

(JESÚS, EL HOMBRE MODERNO. 10 «leyes» para sobrevivir a tiempos posmodernos.)

Por cierto, retomando al escritor estadounidense (de Florida, más exactamente), habría que obligar a los niños —entre sus 10 y 14 otoños— a leer, primero, «Las aventuras de Tom Sawyer» [1876] y, a continuación, «Las aventuras de Hucleberry Finn» [1884].

Aunque la primera sea, seguramente, impuesta, es casi seguro que el rapaz vaya a la segunda por propia voluntad.

Y, sí, he escrito la palabra OBLIGAR. Así, en crudo y a mucha honra.

¿Por qué?

Porque a los imberbes hay que mandarles «cuatro cositas» en la vida, ponerles unos límites y unas reglas mínimas. Eso les dará seguridad y libertad para el futuro.

Pero, bueno, as always, me estoy yendo del tema. Es lo que producen en mí las mañanas y el mate caliente: una mente hiperactivada.

Decía que, en clase, cuando éramos unos cuarenta alumnos en el aula, nos enseñaron que el hombre es, pues eso, un ser racional. También nos enseñaron —ya de forma menos oficial— que las pasiones no eran buenas. Y, si luego eras leído y te acercabas a las primigenias escuelas de filosofía, aprendías de los maestros estoicos que no convenía tomar —desde la emoción— aquellas decisiones que afectarían a nuestra vida de forma definitiva.

Sin embargo, una cosa sí que he aprendido por mí solo: que se puede usar la emoción de forma racional.

Parece imposible, pero oiga, sí se puede hacer.

¿Cómo? Poniendo las emociones a nuestro servicio, dominarlas.

Lo argumentaré con una muestra práctica: Voy compitiendo con la bicicleta; en algún momento me vengo arriba (emoción) y me dejo arrastrar; finalmente, lo pago, peto y pierdo mis opciones de ganar por haberme permitido sucumbir a mis fantasías. No obstante, hay otra opción. Volvemos al principio: cuando noto que me vengo arriba, me contengo, enfrío los ánimos y guardo esa emoción como «gasolina» —como motivación extra para darme un «puntito» extra—; y la utilizo en un momento puntual, eligiendo cuando me conviene.

Dicho en una frase: la emoción al servicio de la mente y la razón.

¿Sólo vale para el deporte? No, sirve para todos los órdenes de la vida. Otro modelo sería en lo creativo, es decir, en un artista su máxima sería: la inspiración al servicio de la disciplina.

Vale, sí, sé que no he descubierto ni inventado nada, no me mandéis de viaje a las galeras. Pero son los trucos que uno va aprendiendo con la experiencia. Y yo, llamo «experiencia» a la sabiduría que vamos almacenando a través de la famosa técnica de «prueba y error».

Pero, venga, va, ¡otro ejemplo más mundano que no sea deporte ni arte! Recuerdo que una mujer me narraba cómo su padre, cuando se enojaba con ella y sus hermanas, por llegar tarde a casa en edad moza, las perseguía por el pasillo con la zapatilla presta para unos buenos azotes.

—Y, ¿nunca os pillaba? —pregunté.

—No, ¡corríamos mucho!!!

—¿No será que no quería alcanzaros?

—Sí, es verdad, no querría —contestaba con un centello en los ojos que yo achaqué al recuerdo de un amor genuino por su aita.

—Algo me dice que luego se reiría con tu madre en la habitación.

—Sí, tienes razón…

De alguna forma —tal vez inconsciente y, a la vez, sabia— aquel buen hombre y padre de familia de aquella época —para que nos entendamos y pongamos contexto, estoy hablando de los años setenta— dominaba su enfado (emoción) para darle un uso pragmático (reprender a sus hijas de una manera cariñosamente cerebral).

Sí, es cierto, este último ejemplo es el mejor. Supongo que por eso lo he dejado para el final.

¡Salud y pedales!

*Si deseas saber más sobre la posmodernidad totalitaria (y censora) y crees en la información como herramienta creadora de mentes con criterio, te invito a leer mi ensayo: ««JESÚS, EL HOMBRE MODERNO. 10 «leyes» para sobrevivir a tiempos posmodernos»».

*Puedes descargarte, gratuitamente, estos relatos:  LOS CREPÚSCULOS MUEREN A LO GRANDE, KRIPTONITA FEMINISTA , DOS FUGITIVOS de Ritxard AgirreINSTINTO,  «TARÓTICO. Un viaje sexpiritual» (REMASTERED – 2023) y MI MANERA DE AMARTE SIEMPRE de Ritxard Agirre

Ritxard Agirre – https://ri2chard.wordpress.com/

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comentarios
  1. […] Mirarle con esa depravación. Decirle sin palabras lo que yo era en ese momento —y en esa cama— para él. Abierta al placer. Complaciente con sus deseos. Partícipe de sus lujurias. Compañera de sus fantasías… […]

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